domingo, 24 de noviembre de 2013

Segundas oportunidades para unos, primeras para otros

Cuando tenía 8 años aproximádamente una compañera de clases, aprovechando la temporada navideña, llevó al colegio de venta pequeñas plantas de ciprés. Jodí y jodí a mis padres y me compraron uno. Mi "pinito" a como lo llamaba fue una especie de seudo mascota, por que no llegué a tener nunca un perro hasta que tuve 18 años.

A todos aquellos que me conocen desde hace bastante, sepan que desde pequeña soy así de intensa; y pues amaba a mi pinito. Todos los días lo regaba y lo cuidaba y estaba pendiente de él, era mío y lo amaba.

Llegando la Semana Santa, me fui con mi familia al mar de Domingo a Domingo, sin pensar en las fatídicas consecuencias que tendría para mi pinito pasar una Semana Santa sin agua y bajo el calor de Managua. No me juzguen, tenía 8 años... Obviamente al regresar el pinito estaba más tieso y desértico que los llanos del Volcán Masaya. Mis hermanos todavía hoy se burlan: "jajajaja sólo a ella se le ocurre que iba a sobrevivir sin agua". Yo lloraba desconsoladamente y lo regué durante varios días después con la esperanza de que mágicamente reviviera y se pusiera verde nuevamente. Está de más decirles que no fue así la cosa.

Con el tiempo se volvió un chiste familiar, hablar de la Wilda y su pinito; pero en el fondo a mi nunca se me sanó esa sensación de pérdida y estaba allí como una espinita mâs.

El Domingo pasado yendo para Masatepe con mi mama, iba viendo todos los viveros (sin acordarme de mi pinito desde hace quien sabe cuando) y me entró una desesperación por comprar uno nuevo, 22 años después. Me bajé, lo escogí, pagué la módica suma de 20 córdobas y el corazón se me rejuveneció al ser la dueña nuevamente de una plantita de ciprés. Me sentí llena de una alegría inexplicable, que sólo aquellos que han recuperado algo que amaron y perdieron pueden entender. Fue mi segunda oportunidad con mi pinito...

Inspirada por lo bien que me sentí al comprar mi pinito, le dije a un amigo que andaba ayer en Masatepe que se comprara una planta, que me hiciera caso, que lo iba a hacer feliz. El fail estaba en que él no tuvo una planta a la que le lloró de niño ni las ataduras emocionales que tengo yo, pero pues me hizo caso y se vio en la obligación de detenerse en un vivero. Me dio mucha risa cuando me contó que se detuvo y le preguntaron: que vas a hacer? Comprar una planta. Por qué? Porque se supone que me va a hacer feliz.

Admiré mucho que él, al no ser altamente emotivo ni apegado a sentimientos, hiciera el esfuerzo contra todos sus instintos de escoger una planta y comprarle una macetera, ponerle el cinturón del carro hasta llevarla a su casa y presentársela a su familia.

Es reconfortante cuando podés volver a empezar algo, es reconfortante cuando te aventurás a algo nuevo. Romper traumas y esquemas son pasos pequeños pero seguros para eventualmente encontrar aquello que buscamos o añoramos.

 
Ahora los dos tenemos nuestras plantitas y un par de historias que contar.

jueves, 21 de noviembre de 2013

De lo que se dice sobre quién soy

Ya que esto de identificarse ha sido solicitado por BlogsNi para todos aquellos que ocupamos el cyber espacio como escape, tengo varios días de estar pensando en sobre qué escribiría yo.

Desafortunadamente esta pregunta de quién soy vino en el primer momento de mi vida en el que tengo una crisis de identidad... Go figure. Ahorita les juro que ni por mi vida podría dar una respuesta directa de quién soy.

Por eso he decidido contarles un poco de lo que ha dicho la gente sobre quien soy en varios momentos:

Según mi mami soy uno de los amores de su vida. Esa señora no se cansa de decirme que me ama y que soy su todo. Desafortunadamente ese título lo comparto con mis dos hermanos -__- 

Según mis amigos... Bueno dependiendo de a quién le pregunten las respuestas pueden ser bien coloridas pero en síntesis es que soy una loca pero que pueden contar conmigo a como sea.

Según la gente con la que he trabajado soy una perra (jajajajaja este siempre me da risa) por que cuando me estreso tengo la tendencia a ser un poco desagradable y pues... A quién le gusta un jefe desagradable?? Me ha costado conciliarme con este lado mío particularmente, sobre todo por lo sensible que puedo llegar a ser. 

Según mi ex novio el innombrable yo era la mujer de sus sueños... irónicamente ese es otro título que comparto con la que ahora es la esposa so pensándolo bien ese no cuenta, sobre todo cuando te das cuenta que a vos te decía Amore y así le dice a la esposa JAJAJAJAJA 

Quién es la Wilda? Esa gordita blanca casi rosada que se pone los zapatos del mismo color de la ropa siempre, la que sus carcajadas se oyen en todo el cine cuando ve una película (y donde no para de hablar para desagrado de todos), esa que llora cada vez que algo le toca el alma ya sea bueno o malo, la que se pone roja cuando algo le da pena y no puede disimular su enojo, la que tiene un tatuaje de "Pikachu" y otros muñequitos de Pokemon (este es otro que me da risa), la que sabe muchas cosas random y comparte su conocimiento, que habla con palabras rebuscadas y tan rápido que constantemente le dicen que no la entienden y que hable más lento (me desespera horrores cuando esto pasa). Todas estas cosas se dicen sobre quién soy...

Quién digo yo que soy? Eso será material para otra entrada... Todavía estoy tratando de averiguarlo.