miércoles, 20 de febrero de 2013

Lo que aprendí de mi perro: Toffee

El Toffee vino a mi casa en el 2001 siendo sólo una bola de pelos con patas. Fue nuestra primera mascota. Ya todos éramos grandes y volvimos a ser niños siguiendo a esta miniatura por todos los rincones más raros de la casa.

11 años y medio después tuve que decirle adios; y si bien no es la primera mascota que pierdo (en el 2009 se me murió mi Gordo, mi segundo perro, y también tuvimos que regalar al Bruno por invivible) esta muerte ha sido mucho más profunda.

3 días han pasado y no puedo entrar a mi casa sin atacarme en llanto al darme cuenta que nunca más va a salir a saludarme.

Pero al mismo tiempo he estado tratando de sacarle valor a su presencia en mi vida y esto es lo que he aprendido hasta el momento:

Las mascotas nos enseñan a dejar el egoísmo atrás... Cuando estás comiendo y esos ojos brillantes te piden sin cesar aprendes a quitarte el bocado de la boca y dárselo a alguien más pequeño... Una enseñanza valiosa en un mundo lleno de personas que tienen menos que vos.

Las mascotas no se resienten... Después de una soberana apaleada y de llorar como si los hubieras despellejado vivos por orinarse en el sofá ellos regresan moviendo la cola a darte amor... Saber perdonar a los que te aman cuando se orinan y se cagan en tu vida es necesario para conseguir la verdadera felicidad siempre y cuando el amor sea verdadero.

El Toffee siempre se cachimbeaba con su hijo Vito (otro de mis perros)... Lo cual me enseña que no importa cuantas veces muerda a mis padres ellos siempre van a estar allí.

Las dos veces que me operaron el Toffee se acostaba al lado mio y no había fuerza que lo quitara de allí... Y siempre que lloraba él se sentaba a mi lado y me lamía la mano porque sentía mi dolor... Nunca dejés a alguien que amas llorando solo... Sentate a su lado aunque sea sólo para acompañarlo.

Si has tenido perros sabes que hacen las cosas más extrañas o aprenden los trucos más dundos que a vos te hacen feliz... En la vida lo simple y tonto tiene que disfrutarse, porque afuera hay demasiada gente que se complica por todo.

Yo en lo particular comparto cama con mis perros (si! Sé que es asqueroso pero no me importa) y aprendí a darle lugar a alguien para dormir cómodo.

Cuando el Toffee se enfermó no me costó nada dar tiempo y dinero para curarlo... Si puedo hacer eso por mi perro con mucha más razón hacerlo por mi familia y amigos.

Y por último... La muerte es algo absurdo que todavía no entiendo... Pero aprendo de ella... Y espero algún día aceptarla como inminente realidad... El Toffee hasta en su muerte me enseña que nada es eterno y debo de aprovechar cada día...

Leí una frase que dice: tener un perro siempre termina en esta tristeza porque los perros no viven tanto como la gente... No hubiera querido que algo me pasara y él me extrañara como yo lo extraño sin entender porque me fui...

Mi mama llora por él, yo lloro por él... Lo amé desde el primer día hasta el último y fue para mí amor incondicional que me dejó dos perros más de su decencencia para acompañarme ahorita que lloro por él...

Te amo Toffee 14/7/2001-18/02/2013


domingo, 17 de febrero de 2013

Universo Paralelo #2

Estaba sentada viendo televisión un Domingo por la tarde cuando mi teléfono sonó. El identificador de llamadas me indicaba que era un número de alguien que no tenía o que talvez no quería tener en mis contactos.

Cuando contesté con temor, la voz que tenía más de dos meses de no oir me saludó... Y fue más o menos así:

Él: Hola

Yo: ...

Él: habla %#$¥%#

Yo: yo sé...

Él: cómo estás?

Yo: aquí... Asustada con tu llamada.

Él: quería hablar con vos...

Yo: de que?

Él: me hacés falta... Estoy afuera de tu casa, podés salir?

Yo: ya salgo.

Colgué, me levanté de mi cama, me miré en el espejo y sonreí... Esperé esa llamada por mucho tiempo y al fin...

Nota: todo es ficción menos que es Domingo y veo tele


jueves, 14 de febrero de 2013

Universo paralelo #1

Venía manejando después del mejor día en el trabajo. Al estacionarme fuera de la casa estaba una camioneta de una marca muy popular azul oscuro enfrente. La inconfundible figura de casi 2 metros era fácil de identificar aún en la oscuridad. Sonreí al verle.

Caminé hacia él con una sonrisa enorme, para que supiera lo feliz que estaba. No noté lo que tenía en la mano hasta que lo extendió hacía mi. Era un ramo de girasoles. Él sabía que yo no soy convencional y que las rosas son demasiado genéricas para mi.

Una lágrima de las felices se quiso escapar de mi ojo pero no valía la pena llorar de felicidad por que ya demasiadas había derramado por tristeza.

Me dijo: yo sé que este día no ha sido bueno para vos en el pasado pero quise cambiar eso... Quiero que sepas que a como te dije desde el primer día quiero que todos nos salga bien. Sonreí mucho más y lo besé en la frente (fue super dificil por su tamaño) y luego en la boca.

Entramos a mi casa, vimos una película y comimos comida china. Fue el mejor San Valentín de mi vida...

Nota: todo es ficción menos la comida china

lunes, 11 de febrero de 2013

Todavía es hoy y te pienso.

Han pasado casi 2 meses... Se sienten como una eternidad. Esa noche se pierde en medio de todos los días iguales que me ha tocado vivir desde tu ausencia.

El miedo de que pienses que te acoso y que estoy loca me restringe de escribirte todas estas cosas... Todavía es hoy y te pienso.

Extraño ver pasar tu alta humanidad frente a mi ventana. Siempre hay estas pequeñas cosas, sencillas palabras que te evocan instantáneamente. La Coca-Cola me da tristeza.

Extraño reírme a carcajadas con vos de mis comentarios malos y sin sentido que sólo vos sabes leer. Extraño que me abraces y quedar a la altura de tu pecho como si fuera una niña y sentirme cómoda y segura.

La gente no piensa en vos... Alguno por allí menciona tu nombre. Yo no puedo ver un carro igual al tuyo sin que el corazón me pegue un brinco...

Me enamoré en una noche con sabor a jagermeister y todavía es hoy y te sueño...

Quiero verte pero me da miedo que me quités mis recuerdos...